De esta forma, la finalidad es disminuir el gasto en agua, materias primas, bienes de consumo, así como las emisiones de CO2 a la atmósfera y el consumo de energía tanto la destinada a la creación de un producto como a su transporte y distribución.

¿Cómo lo hacemos?

• Comprando productos locales, con lo que además de contribuir al desarrollo de la economía que nos rodea, se evitan los excesos de embalajes y la emisión de CO2 producidas en los transportes de largas distancias.
• Acostumbrándonos a adquirir productos sin empaquetar, rechazando los que vengan, por ejemplo, en bandejas de plástico.
• Escogiendo materiales reutilizables y con recambio, y rechazando hábitos nocivos como el de “usar y tirar”.

Reutilizar significa alargar la vida de cada producto desde que se compra hasta que se tira, utilizando un producto tantas veces como sea posible antes de convertirlo en un residuo. La reutilización también se aplica a recursos naturales. Por ejemplo, el agua que nos sobra después de beber, podemos destinarla a regar las plantas y fregar el suelo.

¿Cómo lo facemos?

• Evitando vasos, platos o tazas de un solo uso, escogiendo aquellos que sean de loza o cristal.
• Adquiriendo productos de segunda mano, alargando la vida útil de los mismos.
• Llevando de casa una bolsa para ir a comprar, evitando así el consumo de bolsas de plástico cada vez que acudimos a la compra.
• Dándole una nueva vida a los productos: botes de cristal, cajas o frascos de PVC, metal o plástico, pintando esa silla vieja, donando libros, aparatos eléctricos, ropa, muebles, etc.

A nivel individual, está en nuestra mano seleccionar y separar los residuos que generamos en el hogar, segregando los residuos en origen por tipologías y depositándolos en los contenedores específicos para facilitar su posterior reciclaje.

¿Cómo lo hacemos?

• Depositando envases de plástico, latas y bricks en el contenedor amarillo.
• Introduciendo papel y cartón en el contenedor azul.
• Utilizando el iglú verde para depositar botellas, frascos y tarros de vidrio.
• Trasladando residuos peligrosos, muebles, colchones, equipos electrónicos o electrodomésticos a los Puntos Limpios.
• Depositando las pilas en los contenedores específicos.
• Tirando el resto de materiales que no tienen cabida en los contenedores de recogida selectiva en el contenedor genérico.